Una noche, mientras arreglaba mi habitación me encontré con viejas fotos de cuando era pequeña, sonreí al verlas ahí estábamos mi mejor amigo y yo. Kevin susurre, recordé cada una de nuestras aventuras. Guarde las fotos y dormí.
Al día siguiente fui a hacer mis compras semanales y ahí estaba, la madre de Kevin. Me acerque a hablar con ella luego de saludarla le pregunte por mi amigo, pero sus ojos se cristalizaron y agachó la cabeza me pidió acompañarla a su casa, asentí y nos dirigimos a aquel lugar.
Al llegar me ofreció una taza de café y ambos nos sentamos en el comedor fue ella quien me dijo:
Kevin contrajo una enfermedad y necesitaba que le donaran sangre, pero como sabes sus tipo de sangre era muy raro y la única persona que la tenia era... eras tu.
te buscamos pero no no dimos con tu dirección.
Luego de eso se levantó y de un cajón saco un sobre y me lo entrego diciendo:
Ten, él la dejo para cuando vinieras.
Me despedí de ella y me fui a mi casa, al llegar abrí el sobre, y en su interior se encontraba una carta que decía:
Hola Khate, sabía que vendrías, tardaste pero lo importante es que llegaste.
Ahora te estoy esperando en otro sitio, pero espero que tardes en llegar. Mientras tanto estaré rezando por ti y cuidándote desde el cielo.
Por cierto, ¿recuerdas por que nos distanciamos? Sí, fue por que no te quise prestar mi pelota nueva. Que tiempos, eramos insoportables. Pues te la regalo y espero que te guste mucho, te quiere tu amigo por siempre.
fin
Y es que, así es la vida ¿cuántos de nosotros perdimos a los que una ves llamamos mejor amigo? o peor aun ¿cuántos dejamos de ser un buen amigo?
A veces nos preocupamos mucho por tener amigos pero tal vez deberíamos centrarnos en ser un amigo.
Nunca es tarde para recuperar lo que una vez perdimos, para perdonar y ser perdonados
y tu, ¿eres el mejor amigo de alguien?
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